Microteatro

by Romualdo on September 24, 2021 in Paso Fino

Por Antonio Ramírez Córdova

Título: Caballos

Actor 1: Yo soy de paso fino.
Actor 2: Yo soy de trocha. Soy de Colombia.

Telón


Antonio Ramírez Córdova es un innovador en la literatura puertorriqueña y su incursión en el “micro teatro” es una prueba de ello. Me cuenta Antonio que éste es un teatro de vanguardia, pues son obras cortas diseñadas para pocos espectadores que se pueden presentar tanto en un café teatro, como en una tertulia familiar. Antonio se inspiró en los trabajos de Achille Campanile, un escrito italiano que ya desde comienzo del siglo pasado había comenzado a escribir esta clase de teatro. A mí me parece fascinante como el micro teatro se amolda a nuestra época donde lo queremos todo rápido y sin perder tiempo. Algo me ha recalcado mucho: este es un teatro pobre de apenas dos parlamentos y un teatro de directores, que son los responsables de darle vida a los actores al poner la obra en escena.

Dos cosas tengo muy claras: Facebook no es una plataforma para hacer teatro y yo no tengo ni un pelo de director, pero me he tomado a pecho el reto de Antonio y voy a tratar de darle un poco de forma a esta obra.


Primer acto: Sale a escena un caballo zaino, melenú, careto y patiblanco. Su cabeza erguida le da cierto aire de realeza. Adelanta con un paso muy suave y rítmico, evocando la imagen de una bailarina de ballet danzando en puntas. Con delicadeza da una vuelta al escenario antes de detenerse en el medio y decir:

Microteatro - Dulce Sueño

Dulce Sueño (de Puerto Rico): Ta-ca-ta-ca-ta-ca-ta-ca-ta-ca-ta-ca… Me llamo Dulce Sueño y así suenan mis pisadas cuando ejecuto el ritmo que me heredaron mis antepasados. Sí, mis antepasados, porque, aunque me llaman el Padre de la raza, el Paso Fino ya existía en Puerto Rico mucho antes de yo nacer. La gente habla de mi estampa, de mi porte y mi elegancia, y hay hasta quienes dicen que soy el caballo más hermoso que ha nacido en esta tierra. Pero mi gran virtud es mi paso… esos cuatro tiempos que voy marcando sin fallar cuando me sacan a pasear por el pueblo. Muchos han tratado de explicarlo, y le han dedicado ensayos, poemas y hasta canciones, pero, te digo un secreto: el Paso Fino se aprecia mejor desde la silla. La marcha es tan suave que mi jinete puede llevar una copa de agua en su mano sin derramar ni una sola gota. Por eso han dicho que mis descendientes son los Cadillacs de los caballos. Recuerdo aquellas veces que me llevaban a exhibirme con mis hijos en las plazas de los pueblos. La gente se arremolinaba para vernos y nosotros, orgullosos, levantábamos la cabeza y estirábamos la cola para lucirnos ante la multitud. Ta-ca-ta-ca-ta-ca-ta-ca… así sonaba el coro que hacían nuestros cascos sobre la gravilla. Ta-ca-ta-ca-ta-ca-ta-ca… no ha habido una danza más rítmica ni una plena más repicá que nuestro andar. ¿Sabes? Añoro aquella época cuando nos consideraban los mejores caballos de silla del mundo y éramos admirados en todas las Antillas. Hoy nos crían para dar tres vueltas en un picadero y mucho de nuestra esencia se ha ido perdiendo. Aunque nuestra raza es noble y, si se esmeraran nuestros criadores, podríamos volver a ser como antes. Ta-ca-ta-ca-ta-ca-ta-ca… nuestra, autóctona, original, única en el mundo, como el coquí y la cotorra puertorriqueña, así es nuestra raza puertorriqueña de Caballos de Paso Fino.

Segundo acto: Tan pronto sube el telón, aparece por el extremo un caballo negro cerrado. Tiene figura estilizada y aspecto sublime. Se mueve por el escenario con gracia haciendo una serpentina, y se planta, y retrocede hasta quedar en el medio, donde comienza a decir:

Dulce Sueño de Lusitania: Tras-tras-tras-tras-ta-ca-ta-ca-tras… Me llamo Dulce Sueño de Lusitania y me perdonan los que tienen un oído muy aguzado, pero es que me gusta “descansar” en lo que en mi país llamamos “Trocha”. Mis dueños dicen que soy de Paso Fino Colombiano, y así está certificado en mi registro, pero a veces se me enredan las patas y me cuesta un poco hacer los cuatro tiempos isócronos que me pide mi chalán. ¡La culpa no es mía! La genética es cosa seria y entre mis antepasados hay tanto de laterales como de diagonales… digamos que esto es un atributo de nuestra raza, un vestigio de aquel tiempo cuando nuestros criadores nos cruzaban sin fijarse mucho en las modalidades que ejecutamos. Un atributo que en estos tiempos modernos se nos ha pronunciado por esa bendita búsqueda de la velocidad con la que movemos las patas. Hoy por hoy soy uno de los sementales mejor cotizados en mi país, y en todas partes donde existe nuestra raza. Te cuento que tengo una hija que es la sensación donde quiera que comparten sus videos. Todos dicen que es “una mostra” y la mejor yegua del mundo. Tras-tras-tras-tras-ta-ca-ta-ca-tras… pero se confunde mucho y por eso no la presentan en las ferias. Eso sí, es la campeona indisputable de las redes sociales por lo rapidísimo que mueve sus patas y por quedarse haciendo lo suyo sin adelantar: “guayando” dicen los que saben de esto. Tras-tras-tras-tras-ta-ca-ta-ca-tras… no se lo digo a ella porque en el fondo me siento orgulloso que lo heredó de mí, pero a veces pienso que no somos ni de paso ni de trocha. Como decía Cantínflas: “ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario”. Aunque te confieso, aún quedan criadores que recuerdan con nostalgia aquel tiempo donde la rapidez no era tan importante y se valoraba más la claridad en el ritmo. Pero esa época no volverá, dicen que hemos evolucionado. Total, haciendo lo que hacemos somos famosísimos y nos cotizan por altísimas sumas de dinero, así que para qué vamos a cambiar esta fórmula que es ganadora. Tras-tras-tras-tras-ta-ca-ta-ca-tras… soy original de Colombia y me llaman Pasi-Trocha Colombiana.

–FIN–

Dichos de Antón sobre el Caballo Puertorriqueño de Paso Fino (18)

by Romualdo on September 14, 2021 in Paso Fino

Por Antonio Ramírez Córdova

Antón ha repetido muchas veces que a su buen saber y entender el deporte del paso fino va en picada, que vive una temporada de vacas flacas, pero esta vez asomó por sus ojos un brillo de júbilo al comentar que en la pasada competencia celebrada en Cataño y auspiciada por la Federación los juzgamientos resultaron impecables y sin tachas. Después de apurar su consabido trago de ron añadió que todo incondicional defensor de la pureza de dicho deporte debe sentir en su corazón una oleada de satisfacción por tan alentador y trascendente hecho.


Un sabio dijo una vez que la esperanza es la más pequeña de las virtudes porque permanece oculta, sin embargo, es la más fuerte de todas porque es la última en morir. Después de unos cuantos Dichos con cierto aire de pesimismo, hoy Antón deja salir un suspiro de esperanza. ¡Eso de por sí es esperanzador!

Dichos de Antón sobre el Caballo Puertorriqueño de Paso Fino (18)

Tengo que admitir que en las últimas competencias los juzgamientos han tomado otro giro. Decisiones más sabias y mejor explicadas… especialmente lo segundo, porque una mala explicación puede opacar la sabiduría detrás de un laudo bien dado. Eso, sin duda alguna, es un rayo de esperanza para la raza.

También tenemos que reconocer que las buenas explicaciones son el mejor vehículo para educar a los dueños, montadores y fanáticos sobre lo que debe ser el modelo ideal del Paso Fino. Fíjate, podemos explicar de muchas maneras que el Paso Fino debe ser natural, reunido, delicado, suave, elástico, simétrico, isócrono y fino… pero una cosa es decirlo con palabras y otra muy distinta es ilustrarlo con ejemplos vivos.

En las muchas conversaciones que he tenido con mis amigos sobre este tema he notado algo particular: muchos puristas conocen la descripción de la raza, pero en lugar de poner ese modelo ideal en un pedestal y tratar de mejorar su crianza para alcanzarlo, hacen lo opuesto, glorifican a sus ejemplares y tuercen el modelo para que se acomode a lo que ellos ya tienen. Si queremos mejorar la raza tenemos que ser honestos con nosotros mismos y ver nuestros ejemplares tal y cual son. Y déjame decirte un secreto: no existe el caballo perfecto. Está muy bien amar a tus ejemplares y sentirte orgulloso de ellos. Yo también lo hago con los míos. Pero tenemos que reconocer que todos nuestros ejemplares tienen defectos. Voy más lejos, todos los caballos que están ganando en las pistas, incluso aquellos con títulos importantes y grandes fanaticadas que los siguen, están muy lejos del verdadero ideal de nuestra raza.

Estoy seguro de que todos queremos conservar y mejorar la raza, pero por más que lo queramos, eso no va a suceder si seguimos repitiendo los patrones del pasado. Lo dije en un artículo anterior, la raza comenzó a perder cuando cambiamos nuestra visión de lo que debe ser un caballo de Paso Fino. De un caballo de silla, versátil y funcional, lo convertimos en un caballo de exhibición cuyo único propósito es dar unas cuantas vueltas en un picadero. El día que los criadores dejaron de encastar para la raza y comenzaron a buscar caballos “de pista”, ese fue el día que la raza empezó a decaer. Se perdió tamaño, conformación, elegancia, elasticidad, naturalidad, isocronía… lo irónico es que se hizo buscando finura y rapidez, y ninguna de las dos cosas se ha conseguido.

Si queremos conservar y mejorar la raza, tenemos que romper con ese esquema. Hay una frase que se le atribuye a Albert Einstein que dice que no podemos esperar resultados diferentes si seguimos haciendo las mismas cosas. No podemos esperar que la raza mejore si seguimos encastando con el mismo patrón que ha hecho que la raza decaiga.

Tenemos que tener esperanza de un futuro mejor para la raza… pero ese futuro no se va a construir solo. Nuestros antepasados fueron los primeros artesanos de la raza, ahora nos toca a nosotros. Haz la prueba en el próximo cruce que hagas, no pienses tanto en la frecuencia (rapidez) cuando lo diseñes, ni le des tanta importancia a ganar cintas. Por una vez trata de buscar un caballo que sea “completo”: un caballo más elegante, más grande, mejor conformado, un caballo funcional que de gusto disfrutarlo, pero no mirando desde las gradas, sino sentado en su lomo gozando del mejor caballo de silla del mundo. Hazme caso y prueba una sola vez, si no te resulta puedes regresar a tu viejo patrón de crianza, pero si tiene resultado habrás dado el primer paso para inscribir tu nombre en la lista de los grandes criadores de nuestra raza.


Mr. Puerto Rico es uno de los caballos más hermosos y más completo que ha tenido nuestra raza. Tamaño, belleza, elegancia, naturalidad, pisada, brío… lo tenía todo. Hijo de Guamaní en La Moñúa, una yegua que traía la sangre de Mediodía, Senador y Céfiro. Se habló mucho y se trató de copiar mucho más el cruce de Guamaní con Batalla, pero los cruces doble Guamaní, como este, produjeron animales de mucha calidad y de una belleza insuperable. Como criadores, tenemos que poner nuestros esfuerzos por producir más caballos como Mr. Puerto Rico. Esa debería ser nuestra meta si queremos mejorar la raza.

En la foto, de izquierda a derecha, Toño “el dominicano” y su hijo Toñito, montado Socito Umpierre, dueño de Mr. Puerto Rico, Cunda Figueroa y su hijo Rufo Figueroa.

Complacido

by Romualdo on August 15, 2021 in Paso Fino

Mini cuento por Antonio Ramírez Córdova

Dios tomó una palabra al azar, luego otra y otra y creó el paso fino para que la isla y su gente conocieran el paraíso o algo parecido al paraíso y se sintió complacido.

Complacido - Liz III

El pasaje del Génesis que inspira este dicho de Antón dice que cuando Dios terminó su Creación vio que todo era “muy bueno”. Esas palabras significan la perfección de la obra creadora de Dios, pues todo lo que Dios hace es bueno, perfecto y hermoso. Antón nos dice que el caballo de Paso Fino no es una casualidad del destino, sino un regalo precioso que Dios le hizo a nuestra Isla y a nuestra gente, un regalo donde queda manifiesta esa perfección que solamente viene de Dios.

Hay una leyenda beduina que explica la creación del caballo árabe. Dicen que Dios recorría el mundo luego de terminar la Creación y al pasar por el desierto escuchó el llanto de un beduino que se lamentaba porque a otros pueblos les había dado bellos paisajes mientras que a ellos solo les había dado arena. Dios se compadeció y le hizo un regalo mucho más grande que el que había dado a ningún otro pueblo. Así, Dios, tomando el viento del sur creo la más formidable de todas las criaturas: el hermoso caballo árabe.

Yo pienso que algo parecido debe haber pasado en Puerto Rico… Dios debe haber escuchado el lamento de algún jibarito y compadeciéndose tomó toda la belleza de nuestra Isla y la hizo caballo. Así como los caballos árabes son los más veloces, el Paso Fino puertorriqueño es el más hermoso y el más cómodo de todos los corceles. Una raza que encierra en su corazón todo lo que es bueno e importante para nuestro pueblo.

Volviendo al Génesis… hay un detalle muy importante que quisiera compartir contigo. Cuando Dios terminó la Creación no la abandonó a su suerte sino que la dejó bajo la custodia de los hombres para que la cuidaran y se hicieran cargo de ella. Lo mismo sucede con nuestra raza, Dios nos la entregó a nosotros, los pasofinistas, para que la cuidemos y velemos por la conservación de este precioso regalo que Él nos ha hecho. Por eso quiero terminar esta reflexión con una pregunta… Ahora que nuestra raza ha sido declarada en amenaza de extinción, tú, como su custodio, ¿qué estás haciendo para conservarla?

La idea no es que publiquemos lo que hacemos, sino crear conciencia de la responsabilidad que cada uno de los amantes del Paso Fino tenemos en la conservación de nuestra raza.


Foto de Liz III en el Gran Reto que se celebró en octubre de 1985 en el Mets Pavilon de Guaynabo. La monta Wilo Fuerte y era propieda de Hermán Hau Colón. Liz III era hija de Don Toquí en Liz, también hija de Don Toquí en Isabela, una yegua que traía la raza del Ponce, Principe Rubio y Juana de Arco. Esta fue una yegua fuera de serie, briosísima y de muy buenos movimientos, tal vez la mejor de las hijas que tuvo Don Toquí.

Dichos de Antón sobre el Caballo Puertorriqueño de Paso Fino (15)

by Romualdo on July 29, 2021 in Paso Fino

Por Antonio Ramírez Córdova

Antón, que tiene cosas de poeta, permaneció un rato en silencio y nos sorprendió a todos cuando afirmó que:

Un caballo de paso fino puede ser:
un brindis,
una copa,
un mediodía,
un dos de mayo,
un dulce sueño,
un pirata,
un arcoiris,
y un marinero
pero nada puede ser un caballo de paso fino.

Después tomó su trago de ron y pidió una picadera de jamón y queso.

Dichos de Antón sobre el Caballo Puertorriqueño de Paso Fino (15)

Antón está inspirado hoy… A mí me ha gustado mucho—muchísimo—el juego de las palabras y los nombres de caballos famosos. La verdad es que un caballo de Paso Fino puede ser muchas cosas, no sólo por lo que representa (como tesoro cultural y herencia de nuestros antepasados), sino también por las pasiones que inspira en dueños, criadores, entrenadores y fanáticos en general. No sé tú, pero yo creo que no hay mejor sinfonía que el ta-ca-ta-ca-ta-ca-ta-ca de un caballo Puro… y no hay mejor lugar desde donde disfrutar el concierto que desde el lomo de un buen ejemplar.

Pero, así como el caballo puertorriqueño de Paso Fino puede ser muchas cosas, así también es único. Inigualable. Irrepetible. Inimitable (aunque algunos tratan…). No hay otro caballo como el caballo puertorriqueño de Paso Fino. Eso debe llenarnos de orgullo… pero también es un gran compromiso. Porque nuestra raza merece—es nuestro deber y responsabilidad como sus custodios—que la conservemos pura. Pura en su genética, de eso se encargan las entidades con sus registros y pruebas de ADN. Pero también pura en su esencia, en esas características que la definen como el mejor caballo de silla del mundo.

Yo casi nunca bebo, pero hoy tengo que levantar mi copa junto con Antón y brindar: ¡Qué viva el Paso Fino!


Foto de Copita (algunos le llamaban Copita Don Q por ser de Serrallés). Copita era hijo de Dulce Sueño. El domingo 27 de junio de 1943, la recién formada Asociación de Dueños de Caballos de Silla de Puerto Rico celebró su primer Concurso de Caballos de Silla en el antiguo Hipódromo Las Monjas en Hato Rey. La foto inmortaliza aquel día, cuando Copita alcanzó el primer lugar en los Potros de Bellas Formas y el tercer puesto en los Potros de Paso Fino hasta cuatro y medio años de edad. Lo sostiene Fifito Leddé.