Por Antonio Ramírez Córdova

Dichos de Antón sobre el deporte del Paso Fino (1)

Antón volvió a la fonda de los Tres Platos, después de una breve estadía en Nueva York, donde fue a leer su poesía y pidió de inmediato un trago doble de ron blanco, haciendo un esfuerzo por mantenerse sereno cuando afirmó que se pueden contar con los dedos de la mano los puertorriqueños que conocen la historia del deporte de caballo de Paso Fino. Después de un prolongado silencio, habló de Clío, la protectora de la historia de la Antigua Grecia y de Heródoto, el primer historiador que vivió en el Siglo XV A.C. Desde entonces se sabe que desconocer la historia es lo mismo que andar en tinieblas.

Antón dijo, concentrado en el mantelito azul y blanco, que el caballo de Paso Fino es mas cautivador que un número de music hall.

Al deporte del Caballo de Paso Fino hay que cuidarlo como si fuera un tesoro, dijo Antón, fijándose en una dama que se miraba de reojo en el espejo de la Fonda. Luego, miró entorno suyo y se sirvió otro trago de ron.

Antón siguió con la vista a un defensor incondicional y recalcitrante del Paso Colombiano sobre el paso del caballo nuestro y dijo para sí mismo, sucede que no vio nunca a Cofresí ni a Siboney el Brujo.

Antón dijo oscilando el peso de una pierna sobre la otra pierna, que el Paso Fino es magia muy poderosa como las torres de las iglesias. Después masticó la punta de un pastelillo de queso y se sirvió otro trago.

Antón pidió un servicio de surullitos de maíz y no pudo menos que sonreír, cuando dijo que el Paso Fino bajó del cielo. Inmediatamente se abandonó a su trago de ron y prosiguió entregado a un monólogo placentero sobre Dulce Sueño, un jefe de raza que perteneció a Don Genaro Cautiño de Guayama.

Antón cada vez que habla del caballo de Paso Fino se le ve en la mirada un brillo de satisfacción cuando recuerda que en el pasado los parques se llenaban de público los días de competencia y cuando las aceras que rodeaban las plazas de recreo no cabía un alma.

Continuará…


Nuestro querido amigo y amante incondicional del caballo puertorriqueño de Paso Fino, Antonio Ramírez Córdova (“el poeta” o “el profesor” para algunos), publicó recientemente un libro titulado “Dichos de Antón”, donde Antón, sentado a la mesa en un fondita de barrio (Los Tres PLatos), ofrece pensamientos breves que nos invitan a reflexionar sobre distintas cosas de la vida. Su amor por el Paso Fino le lleva a escribir algunos “dichos de Antón” sobre nuestros caballos y gentilmente ha querido compartirlo con todos nosotros.

Foto de la colección de Francisco Rodríguez: VI Concurso Ecuestre Internacional celebrado en 1971 en el estadio Hiram Bithorn. Al frente, Siboney el Brujo montado por Juan Pérez, le sigue Cupido montado por Cunda Figueroa. Cupido fue el Campeón y Siboney el Brujo quedó Sub Campeón del Concurso.

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