La mayoría de los criadores—modernos y de antaño—crían sin tener un plan a largo plazo. Eso no está mal, es lo que hace la mayoría. Por ejemplo, para nuestros abuelos no era fácil llevar una yegua a preñar a un pueblo que quedara muy distante, así que se usaba el semental de la finca o el que tenía el vecino. La distancia—o mejor, la cercanía—era el criterio más usado al diseñar un cruce. Más adelante, cuando se hizo más fácil la transportación y el deporte fue cogiendo auge, se empezaron a usar los caballos que estaban de moda. Ese fue el caso de Kofresí, que fue un caballo extraordinario y todos querían un hijo de él, pero se le puso a muchísimas yeguas sin considerar si era el semental apropiado para cada una de ellas. Lo mismo sucedió con Cialito, con Labriego, con Lord, etc… Muchos criadores acostumbran a usar el padrote del momento, el que tiene fama, el que ha ganado muchas cintas o tiene hijos que lucen bien en la pista. No está bien ni mal, es así como somos. Por eso llama la atención cuando surge un criador que se sale del molde utilizando la genética y desarrollando un plan de recría a largo plazo.

Criadores: Jimmy Sosa y compañeros

El artículo de hoy se lo vamos a dedicar a Jimmy Sosa, un criador muy estructurado que diseñó su programa de recría y no escatimó recursos para buscar ese Paso Fino ideal que había formado en su mente.

El modelo

Nadie puede alcanzar el éxito en la crianza de caballos, o en ninguna otra faceta de la vida, si no tiene definida la meta a la que se dirige… y Jimmy tenía una idea muy clara de dónde quería llegar. Él buscaba finura y reunión natural, que el caballo fuera delicado y cortito de fábrica, porque él sabía que si el caballo no trae eso en su genética, al exigírselo en la doma se tranca. Jimmy también sabía que la estructura va unida al desempeño del ejemplar. Por eso buscó caballos y yeguas de buena conformación, porque para andar al Paso Fino con finura y naturalidad el caballo tiene que tener la conformación correcta.

Es importante que entendamos el “background” de Jimmy. Hubo dos experiencias que moldearon su pensamiento sobre la genética y la forma de hacer sus cruces. Por un lado, Jimmy era un criador y entrenador exitoso de perros de trabajo. En ese mundo se buscan líneas diseñadas para trabajar, líneas donde sus padres, abuelos, bisabuelos… toda su ascendencia sea de perros de trabajo (nosotros le llamaríamos fondo de raza). Líneas de buena conformación, pero no necesariamente lo que se busca en las competencias de conformación de perros, donde la estructura de algunas razas se ha apartado de lo que era su función original, sino líneas que tuvieran la conformación que los hacía aptos para hacer el trabajo para el cual se diseñó la raza. Los gallos de pelea era otra de sus grandes pasiones y, como criador, Jimmy no solo fue exitoso, sino que desarrolló una línea propia. Jimmy trae estas experiencias y aplica lo que aprendió en sus crianzas de perros y gallos a su nuevo proyecto de crianza de caballos de Paso Fino. De los perros trae esa pasión por estudiar los pedigrees y buscar animales estructuralmente sólidos; de los gallos trae el valor de la endogamia para producir ejemplares prepotentes con características fijas y uniformes.

Los años de preparación

El tiempo que vivimos nos impulsa a quererlo todo ahora, rápido y con prisa. Eso deja poco tiempo para el estudio y esto, especialmente cuando se comienza en un nuevo proyecto, como la crianza de caballos, es una fórmula segura para el desastre.

El caso de Jimmy fue muy particular, él fue, ante todo, un enamorado de la raza. Por su experiencia con los perros y gallos, Jimmy conocía la importancia de conocer bien las líneas de sangre. Por eso, antes de comenzar su crianza, Jimmy dedicó dos años a estudiar los registros e identificó un grupo de criadores que habían sido exitosos en sus programas de recría. De ahí nace su amistad con José B. Ramírez Acosta, Pancho Gelpí, Pico Quiñones y Carlos Gaztambide Arrillaga. En sus conversaciones con ellos, Jimmy se fue haciendo de un modelo claro de lo que debía ser el caballo ideal… y para Jimmy, el caballo que más se acercaba a ese modelo era Kofresí. También en esas visitas identificó unos hatos de yeguas que más adelante adquiriría como pie de cría para su crianza.

Sus sementales

Jimmy no se limitó a dos o tres sementales, sino que tuvo múltiples caballos a lo largo de los años, con la particularidad que todos tenían una alta concentración de Kofresí. Su idea era cruzar los sementales de la línea de Kofresí con yeguas seleccionadas de la línea de Batalla. En este escrito nos vamos a limitar a los tres sementales que más influyeron en su programa de recría.

KOFRESÍ II (aka Petrocelli), lo encastó Nonón Figueroa y era hijo de Kofresí en Cucululú, esta también hija de Kofresí en Galana (una de las yeguas de recría más importantes que ha tenido la raza). Jimmy admiraba a Cucululú, una yegua de una finura exquisita y una sangre excepcional, y Petrocelli era digno hijo de su madre.

Kofresí II (aka Petrocelli)

Petrocelli era un caballo cebruno, de buen tamaño, muy natural en su paso y con una finura única. Petrocelli también era un caballo mal genioso y sin mucha fuerza en su tren posterior (esto no era considerado un defecto, sino que respondía a la interpretación del concepto de finura que se tenía en aquella época). Pero para Jimmy eran muchas más sus virtudes y su fondo de raza que sus defectos.

Recuerdo de joven haber visto a Petrocelli llegar aperado a las competencias, pues era un caballo tan bravo que si no lo traían con el freno puesto después era imposible ponérselo en el parque. Más que un defecto genético, su mal temperamento debe haber sido producto de malos manejos porque, una vez se montaba, el caballo era dócil en la silla. Además, esta fue una característica que no transmitió frecuentemente a su descendencia.

Cuando Jimmy se interesó por Petrocelli, ya Nonón se lo había vendido a Pablo Rodríguez, que lo tenía en Juana Díaz. Fue Ángel Luis Figueroa (tío de Nonón) quien hace de intermediario y se lo consigue a Jimmy, que empezó a servírselo a sus yeguas de inmediato.

En una entrevista que Hostos Gallardo le hizo a Jimmy en 1992, este le contaba que usó a Petrocelli enseguida con todas sus yeguas porque sabía que si el caballo se enfermaba, sería muy difícil atenderlo por su mal temperamento y él quería hacerse de un grupo de hijas de Petrocelli para usarlas como yeguas base en su programa de recría. Su plan era cruzar las hijas de Petrocelli con El Coco y los hijos de El Coco.

Aunque Petrocelli produjo un grupo de yegua muy buenas sobre las que Jimmy cimentó parte de su línea, creo que es relevante mencionar uno de sus hijos que no sólo fue un caballo importante en la pista, sino que continuó el legado de su padre transmitiendo esa finura clásica que le caracterizaba. Me refiero al caballo Barba Roja (Petrocelli en Orquidea por Estrellita), encastado por Jimmy y propiedad de Pepe Vivó.

Para Jimmy, las cualidades más importantes de Petrocelli eran su finura, su naturalidad, su reunión, su alzada y su cresta, características que fueron parte del sello que Jimmy le imprimió a su crianza.

EL COCO fue el semental más importante que tuvo Jimmy (su criadero llevaba por nombre “Potrero El Coco”). Lo encastó el Dr. Carrasquillo y Jimmy lo adquirió antes de cumplir los 3 años, Juan Ramón Figueroa (La Vieja) fue el instrumento para que Jimmy lo comprara.

El Coco

El Coco era hijo de Kofresí en La Coca. En ese tiempo ya La Coca se perfilaba como una yegua de recría importante por se la madre de Promesa de Cupido, de Carmen Barreras. Su padre era Rubirosa, un caballo muy bueno hijo de Kofresí en La Española (Guamaní). Su madre era Cabriola, una yegua extraordinaria hija de Bizcocho en una hija de Nochebuena.

El Coco no era un caballo sobresaliente, pero Jimmy admiraba muchísimo a Promesa de Cupido. Cupido fue un caballo extraordinario en la pista, pero no se destacó como semental… y Jimmy decía que si Cupido con La Coca había dado unas de las yeguas más finas que ha tenido la raza, entonces un hijo de Kofresí con La Coca tenía que ser un semental prepotente. Tanto le creía Jimmy a La Coca que además de El Coco, también adquirió su hermana completa Primavera de Kofresí.

El Coco tenía una alta concentración de sangre de Guamaní y era un digno representante de esa línea. Un caballo zaino, grande y ancho, de muy buena conformación y gran alzada. Jimmy lo usó con muchas de sus yeguas y tal como él había pronosticado, el cruce de El Coco y sus hijos con las hijas de Petrocelli fue un cruce muy exitoso que produjo la base de su crianza.

Aunque mucho menos importante que Petrocelli y El Coco, el CONDE DE KOFRESÍ merece una mención especial por la fe que Jimmy tenía en este caballo y la sangre que cargaba. Este Conde de Kofresí no se debe confundir con otro caballo del mismo nombre que encastó Valladares y le perteneció a Carlos Conde en Vieques. El Conde de Jimmy era hijo de Kofresí en la Santa, una hija de Mr Puerto Rico en Consuelo, un cruce doble Guamaní con sangre de Mediodía y Hércules (Nochebuena x Felipa/Vicenta). Un caballo alazán de muy bonita conformación, pero de un temperamento fuertísimo y con un brío incontrolable. Jimmy era un fiel creyente de la importancia del fondo de raza en los sementales y yeguas de recría, y a Conde le sobraba sangre de la buena. Aunque Jimmy lo usó en algunas de sus yeguas, fue Lebrón quien más éxito tuvo con el Conde como reproductor.

Conde de Kofresí

Sus yeguas

Jimmy creía que la única forma de mejorar la raza era a base de genética y cruces estudiados. Recordemos que Jimmy trae su experiencia del mundo de los perros de trabajo y él valoraba, sobre todo, las líneas que representaban el Paso Fino funcional: yeguas de buena conformación, de buenas cualidades y de un fondo de raza sólido y probado. Él decía que el fondo de raza es muy importante porque una cría puede requintar a cualquier caballo o yegua en su ascendencia, pero si todos los animales en el pedigree son animales sobresalientes, entonces no había problema si uno de los cruces requintaba más atrás. Recuerdo una conversación que tuvimos una vez donde me enseñó el pedigree de uno de sus animales, ¡era un pedigree a 7 generaciones! Jimmy no se limitaba a conocer los padres y los abuelos de sus caballos y yeguas, sino que estudiaba detenidamente su ascendencia hasta llegar a Dulce Sueño, tan así era su pasión por el fondo de raza de sus animales.

En sus visitas a Ramírez Acosta y Pancho Gelpí, Jimmy observó unos lotes de yeguas viejas, muchas de ellas vacías pues ambos criadores ya estaban semi-retirados. Las yeguas que adquirió de Ramírez Acosta eran hijas de Batalla, sangre que él sabía iba a combinar bien con sus sementales de la línea de Kofresí con alta concentración de Guamaní. Las yeguas que buscó en la finca de Pancho Gelpí, aunque venían de la línea de Batalla, muchas de ellas traían por sus madres sangre de la crianza de Mario Mercado de Guayanilla, yeguas con más tamaño y mejor conformación.

Más que yeguas de líneas específicas, Jimmy buscaba yeguas razudas con sangre de la “vieja”, sangre que estuviera lo más cerca posible a Dulce Sueño. Algunas de las yeguas madres con las que Jimmy comenzó fueron Melollita, Sensación, Mercedita, La Mía, Mejorana, Canela Negra, Jafia, Sorayita, Estrellita (una yegua finísima hermana de Cacique, La Bruja y Canela Negra que no le dejó descendencia a Jimmy) y Orquídea (madre de Barba Roja).

Conclusión

Jimmy tenía un celo inmenso por la pureza de la raza. Él decía que la raza había tenido muchos traspiés y había pasado por muchas pruebas, por eso él quería rescatar lo que la raza había perdido. Gaztambide le aconsejó que buscara animales que fueran homocigóticos a las características que él deseaba tener en su línea (en ese tiempo, donde no se contaban con las herramientas genéticas que tenemos hoy en día, eso era un proceso de observación de los caballos y yeguas y sus hijos/as). Pancho Gelpí y Ramírez Acosta, además de la gran amistad que les unía, eran criadores en los que Jimmy confiaba plenamente y eso le daba la certeza de la pureza de sangre que había en sus líneas.

Si fuéramos a resumir en pocas palabras cuál era la meta de Jimmy como criador, podríamos decir que él buscaba el verdadero andar del Paso Fino, un andar clásico, animales cortos de nacimiento, con pisada suave, reunidos, cómodos, con alzada natural (de fábrica) y buena conformación. Lo que hoy llamamos “el caballo completo”.


Jimmy Sosa fue un personaje único y un visionario en la crianza de caballos de Paso Fino, pero al hablar de Jimmy tenemos, por obligación, que mencionar a un grupo de amigos caballistas que compartieron con él y colaboraron activamente en su proyecto de mejoramiento de la raza. Podemos decir que Jimmy puso la zapata, pero Luis Ortiz, Ramiro Soto y José Lebrón construyeron sobre ella.

LUIS ORTIZ
Luis fue la mano derecha de Jimmy, no solo con los caballos sino también con su negocio de perros. Lo acompañó desde un comienzo y estuvo con él cuando adquirió muchos de sus animales, algunos los tuvieron en común o estuvieron en manos de uno o de otro en distintas épocas.

Cuenta Luis que Ramírez Acosta llamó un día a Jimmy para ofrecerle una yegua muy buena que tenía su sobrino Echo Avilés. La yegua era muy briosa y Ramírez Acosta estaba preocupado que le diera un golpe a su sobrino. Jimmy y Luis fueron a verla y era una yegua negra, grande, preciosa y de muy buenos movimientos. La yegua se llamaba Josefina de Fortuna. Su padre, Fortuna, era hijo de Negrete (Soñador en Toña la Negra por Mediodía) en una hija de Cacique (hermano completo de La Bruja y según algunos conocedores el más fino de los hijos de Batalla). Su madre era Canela Negra, otra extraordinaria yegua hija de Batalla en Estrella (hermana completa de Cacique y La Bruja). Jimmy no podía comprarla en ese momento y Luis le dijo que él no tenía dinero, pero tenía buen crédito. Así que Luis la adquirió.

El cruce de Batalla con Estrella fue un cruce muy exitoso y produjo animales extraordinarios que se caracterizaron por su finura y prepotencia genética (siendo Estrella también hija de Batalla, este era un cruce en endogamia padre/hija). Entre los productos de este cruce están La Bruja (madre de Kofresí), Cacique y Canela Negra (ambos en la ascendencia de Josefina), Modesta, Estrellita, Jorgito y otros. Josefina traía una doble copia del cruce de Batalla/Estrella, y cuando Luis la cruzó con Petrocelli, que traía dos veces a La Bruja, se concentró lo mejor del cruce Batalla x Estrella en un sólo ejemplar.

El primer cruce de Petrocelli con Josefina de Fortuna produjo un potro y Luis se lo regaló a Jimmy, ese sería Salsero K-9. Repitió el cruce al año siguiente y se la vendió preñada a Ramiro. De ese cruce nacería Belinda, la que sería madre de Réplica de Majestuoso.

Batallita del Coco fue otro caballo encastado por Jimmy. Un hijo de El Coco en la yegua Melollita, hija de Batallita en Melogracia (Caramelo Jr). Batallita del Coco era un caballo de buen brío y de una alzada preciosa. Su defecto era que remaba un poco de sus patas delanteras. Siendo potro, Jimmy se lo regala a Echo Avilés quien, antes de morir, le pide a su esposa que se lo devuelve a Jimmy. El caballo estaba en malas condiciones, flaco y con muy poca doma. Jimmy se lo cede a Luis que lo recuperó y lo ganó en algunas competencias. Más adelante, Luis se lo regala a Ramiro para su esposa.

Luis también adquirió una yegua de Yuyo Betacourt de nombre Majestad del Este. Esta era una yegua briosísima que habían encastado en Vieques. Majestad era hija de Juan Carlos (Kofresí en Sayonara, hermano completo de Plebeyo y Brujo de Kofresí) en una hija de Soñador de nombre Milonga. Cuando Luis tuvo que vender a Majestad del Este, Ramiro se interesó en ella y después de sacarle algunas crías con Batallita del Coco, la exporta a Canadá, donde dejó alguna descendencia.

RAMIRO SOTO
Ramiro fue un criador que, a pesar de su gran impacto en la raza, no se le ha dado el crédito que merece. Muchos de los animales que identificamos con Jimmy y Lebrón, fueron producto de Ramiro o pasaron por sus manos.

Al hablar de Luis Ortiz vimos su relación de estrecha amistad con Ramiro, tan así que Luis fue el agente catalítico para que Batallita del Coco y Belinda llegaran a sus manos. Y teniendo a Batallita del Coco y a Belinda en su potrero, era cuestión de tiempo para que Ramiro hiciera el cruce que produjo al gran Réplica de Majestuoso.

Hay una historia muy interesante de ese cruce que merece ser contada… Año y medio antes de nacer Réplica, a Ramiro le nació un potro alazano guajano precioso hijo de Batallita del Coco en la yegua Majestad del Este (otra yegua que llegó a manos de Ramiro por conducto de Luis). Ese potro era Majestuoso de Batallita. Cuando Ramiro había terminado de servir a Belinda de Batallita del Coco, la suelta en un cercado al lado del potro Majestuoso, que para ese tiempo tenía 18 meses. Majestuoso saltó la cerca y al día siguiente lo encontraron con la yegua. Al parir Belinda y nacer un potro alazano guajano con una alzada espectacular, todos asumieron que el potro había preñado la yegua. De ahí su nombre, pues el potro parecía una réplica del caballo Majestuoso. El error se descubrió al inscribirlo, cuando le hicieron el ADN y éste no afiliara con Majestuoso. En aquel tiempo César Romero era el Director de la Oficina de Paso Fino en Agricultura y repitió la prueba descubriendo entonces que el potro Réplica de Majestuoso era en realidad hijo de Batallita del Coco, el caballo que originalmente Ramiro le había servido a Belinda.

Además de Réplica de Majestuoso y Majestuoso de Batallita, Ramiro también es el criador de Manantial de Réplica (aka La Manantial), una hija de Majestuoso de Batallita en Melollita del Coco (hermana completa de Batallita del Coco). La Manantial es la madre de Orgullo de Réplica y Belinda de Réplica, ambas hijas de Réplica de Majestuoso y encastadas por Ramiro. La Manantial también es la madre de Tormenta de Luz y Puro de Manantial, ambos hijos de Rayo de Luz y campeones en sus respectivas entidades.

JOSÉ LEBRÓN
La amistad de Jimmy y Lebrón se remonta años atrás, cuando Jimmy llega a la oficina de Lebrón buscando un abogado. En aquel entonces Lebrón no conocía mucho sobre la raza o el Paso Fino, pero le habían regalado un caballo mediasangre hijo de Anfitrión y en su oficina tenía una foto de él. Jimmy vio la foto y como buen purista, se dio a la tarea de enseñarle a Lebrón. Aquel día le dijo que vendiera el caballo y botara la foto, que él se encargaría de conseguirle una yegua pura. Poco tiempo después Lebrón acompañó a Jimmy en una de sus visitas a don Pancho Gelpí y allí adquirió su primera yegua de Paso Fino: Milca, una hija de Fasur (Retador en Mejorana, por Batalla) en Natividad (Batallita Jr).

Al igual que Jimmy, Lebrón creía en el cruce entre las líneas de Kofresí y Batalla. Todos los sementales importantes de Jimmy (Petrocelli, El Coco, Batallita del Coco, Conde de Kofresí), incluso Réplica de Majestuoso encastado por Ramiro, pertenecieron en algún momento a Lebrón. Pero a diferencia de Ramiro, que introdujo yeguas de otras líneas en su crianza, Lebrón siguió el modelo de Jimmy y construyó su propia línea sobre las yeguas de fundación que, junto a Jimmy, habían comprado de manos de Pancho Gelpí y Ramírez Acosta.

Entre sus yeguas preferidas, Lebrón menciona a Modesta, una hija finísima de Batalla en Estrella (hermana completa de La Bruja, Cacique y Canela Negra) que adquirió con Jimmy de la crianza de Ramírez Acosta. También recuerda a Lorell, hija de Batallita Jr en Chiquitina (Deleite), una yegua briosísima que adquirió de manos de Pancho Gelpí y que le produjo muy bien con el Conde de Kofresí. Y Papitina, hermana de Lorell por su madre, pero hija de Papirus.

Otro dato importante sobre Lebrón es que él trabajaba y exhibía sus propios caballos en las competencias. Los dueños que montan saben que desde el lomo del caballo se observan—y sienten—las cualidades de los ejemplares mucho mejor que mirando desde las gradas. Esto da una comprensión de los ejemplares que no se puede adquirir de otra manera. Como dueño y como criador, montar sus ejemplares le ofreció a Lebrón una visión mucho más clara de las virtudes y defectos que estos tenían, datos que después usaría para mejorar su crianza.

Si fuéramos a definir en una sola palabra el programa de recría de Lebrón, esta sería “endogamia”. Él no se limitó a hacer cruzamientos en línea, sino que fue agresivo haciendo cruces entre hermanos y otros inbreedings muy cercanos. Esto le ayudó a conseguir esa homocigosis que Gaztambide tanto le aconsejaba a Jimmy, porque cuando las características están fijas en la línea y no se introduce sangre (genes) de afuera, se puede predecir con bastante certeza lo que se va a obtener de cada cruce.

Finalizando

¿Qué podemos aprender de Jimmy, Luis, Ramiro y Lebrón? Lo primero que podemos aprende es que criar caballos de Paso Fino (o de cualquier otra raza) es una labor que requiere paciencia y dedicación. Los cruces exitosos no salen de casualidad, sino que son producto de muchas horas de estudio y planificación. Lo segundo, que nadie lo sabe todo… no importa si estás comenzando o llevas toda la vida en los caballos, siempre podemos nutrirnos de la sabiduría y la experiencia de otros criadores exitosos. Tercero, para lograr el éxito necesitamos un modelo definido de hacia dónde queremos ir, tenemos que tener una idea clara de cuál es nuestro caballo ideal. Por último, que “Roma no se construyó en un día” … eso quiere decir que ese caballo ideal lo tenemos que ir construyendo paso a paso, y muy posiblemente veamos el resultado después de dos o tres generaciones, por eso es importante tener un programa de recría a largo plazo sobre el que vayamos construyendo nuestro caballo ideal.


Fuete:
1- Audio suministrado por Hostos Gallardo / Paso Fino Raza Pura de una entrevista realizada a Jimmy Sosa en el año 1992.
2- Conversaciones del autor con Luis Ortiz, Ramiro Soto y José Lebrón.
3- Conversación del autor con Humberto Figueroa.
3- Recuerdos de Francisco Rodríguez, amigo personal de Jimmy que lo acompañó a buscar muchos de los caballos y yeguas que serían su pie de cría.

Fotos de El Coco de la colección de Francisco Rodríguez.

Comentarios de otras personas

  1. Gracias, por compartir tan valiosa información. Que bien poder saber
    las experiencias de personas que han dado parte de sus vidas por su pasión al Paso Fino. Súper interesante e importante, para no olvidar y retomar las bases seguras de la crianza. Tengo mucho que aprender, seguimos…

  2. This mare, Majestad del Este, ended up in Canada, after my father Don Harrison purchased her, changing my life forever. She could turned on a dime, brio bigger than the moon, and loved attention, I had never ridden a horse and she taught me everything I needed to know. This breed is unique and deserves preservation, a minute with one will change anyone’s life.

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