Por Antonio Ramírez Córdova

Dichos de Antón sobre el Caballo Puertorriqueño de Paso Fino (6)

Antón dijo con un volumen de ironía que en el paso fino aparece gente que en un abrir y cerrar de ojos dictan cátedra y pausas convencidos que tiene en las manos la lámpara de Aladino. Luego, después de una pausa, pidió un plato de arroz con gandules y añadió que dicho deporte exige mucho amor, mucha paciencia y mucha sensibilidad.


Palabras sabias las de Antón, que nos motivan a seguir aprendiendo más sobre nuestra raza y el legado cultural que recibimos a través de ella. Podríamos pensar que son los más jóvenes los que piensan que nacieron “aprendíos” (como diríamos en el argot de nuestros jíbaros), pero en realidad se podría referir a cualquiera de nosotros, que sabiendo un poco más o un poco menos, corramos el peligro de pensar que ya lo sabemos todo y enfocados en lo que creemos que es más importante, se nos pierda de vista lo que es verdaderamente esencial en el caballo de Paso Fino… Como dice aquel refrán: “en tierra de ciegos, el tuerto es rey…”

La foto que acompaña el artículo es del caballo Senador, hijo de Mediodía en La Negra (Céfiro). Senador era hermano completo de Toña la Negra, yegua de recría muy importante de su época. El caballo Senador fue vendido para Venezuela, donde debe haber hecho una carrera como semental. Foto cortesía de Francisco “Paquito” Rodríguez.

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