Un microrrelato sobre el Paso Fino por Antonio Ramírez Córdova

Vio por primera vez un caballo de paso fino montado por un diestro jinete y pensó en la majestad y la perfección de Dios. Festejó su presencia con su sombrero al aire y con un rezo.

Majestad

Hermoso el pequeño cuento de Antonio… pequeño en palabras, pero inmenso en el significado que encierra.

Nuestra raza es una de caballos majestuosos… La elegancia de sus formas. La arrogancia con que ejecutan el Paso Fino. La suavidad de su marcha. La comodidad de su jinete. Pocas razas hay que tengan la magnificencia y dignidad que tiene el caballo puertorriqueño de Paso Fino. Y sin duda alguna, son una cabalgadura digna de todo un rey. Tan es así que el autor lo compara con “la perfección de Dios”. ¡Esas son palabras mayores!

Honestamente creo que nuestra raza tiene un lugar muy especial en el Corazón del Creador. Lo creo porque si no fuera así no habría sobrevivido todo lo que ha tenido que enfrentar. No sé tú, pero yo a veces pienso que es un milagro que nuestra raza todavía siga en pie. Es más, me atrevería a asegurar que Dios es un “purista” de pura cepa… y el Paso Fino fue diseñado por Él mismo para ser el caballo más fino del mundo.


Aunque Antonio no lo dice en su microrrelato, aquel primer caballo de Paso Fino que él vio siendo apenas un niño y en el que se inspira su escrito fue Dos de Mayo, un hijo de Dulce Sueño en la yegua Sirena (por Regalo). Carlos Matos Zeno fue su dueño y una vez le escuché decir a David Lang que Dos de Mayo fue el hijo de Dulce Sueño que más se pareció a su padre.

Majestad

Cuenta Antonio que siendo un niño fue a una competencia en Bayamón y allí vio por primera vez a Dos de Mayo. Dice que de inmediato quedó cautivado por la belleza de aquel caballo y aunque no ganó el primer premio, él no se le despegaba del lado a su montador. Los caballos en aquella época eran diferentes a los que tenemos hoy en día. Tal vez no eran tan refinados como los actuales, pero eran caballos grandes, hermosos e impresionantes. Imagínate que aquel día a Dos de Mayo lo trajeron montado desde Río Piedras hasta Bayamón para competir, y luego regresar montado. ¿Cuántos caballos actualmente podrían hacer eso? Cosas para pensar…

Fotos:
1- Montado por su dueño Carlos Matos Zeno, de la colección de Paquito Rodríguez.
2- Exhibido Eusebio Massó Ledde aún siendo un potro, de la colección de David Lang.

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